Acreditación Universitaria:
la amarga experiencia de
un futuro ya pasado
Una gran ola de inseguridad ha comenzado levantarse, el "modelo intocable” (1) está trasnochado, agotado, sobreviviendo gracias a la violación de todo aquello que algún día criticó el injurio.
El neoliberalismo como modelo particular y el capitalismo como formación económica - social, se comportan en la actualidad como un –fruto podrido", pues basta tocarlo o señalarlo por donde se nos antoje para ver cómo se descompone.
Pero la parte del fruto que nos interesa, por nuestra condición de estudiantes y estar inmersos en ella, es la educación superior universitaria.
Por los finales de los 60's e inicios de los 70's a nivel mundial se vivió el inicio de una etapa de repliegue general del movimiento popular, desplegándose una ofensiva del capitalismo en las múltiples dimensiones de la realidad. Prueba de esa ofensiva, es el reconocimiento mundial que se otorga al padre del neoliberalismo económico [monetarismo] en el año 76. ¡El avance del "libre mercado" era lo más importante!
Al término del mundo bipolar, los grandes capitalistas plantean hacer de la educación una mercancía mundial. En 1995, la burguesía imperialista, representada por la Organización Mundial del Comercio [OMC], elabora su política privatizadora neoliberal, plasmándolo en los AGCS (2); donde se incluye a la educación como un servicio muy rentable y que debe ser mercantilizado. Planteada la política general, y viendo que la educación a nivel mundial representa un negocio de 2 trillones de dólares anuales, la UNESCO se propuso adaptar las ideas mercantilistas mediante su famoso informe, cuyo título no deja mucho trabajo a la imaginación: "La educación encierra un tesoro•, donde se propugna una educación tecnicista [saber hacer], conservadora y puesta al servicio de las grandes empresas [camuflado en el sutil discurso de "responder a los retos de la globalización].
De ahí se desprende sus criterios básicos de la educación neoliberal: Equidad [becas préstamo] – Calidad [dependencia de la lógica empresarial para la producción de conocimiento y formación profesional] - Pertinencia [al mercado global].
Sentada las bases de la I política neoliberal educativa, la gran burguesía intermediaria de América
Latina, se decidió a aplicar dicha política a través de los planes elaborados a inicios de los 90' planes que recogieron e imitaron el modelo educativo norteamericano de control y sujeción de las universidades a las empresas, nos referimos a la Acreditación Universitaria.
La acreditación surge en EE.UU, para afrontar las consecuencias de la masificación de su servicio educativo en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. (3) La gran masa estudiantil será vista como "clientes"; por ende al sistema educativo norteamericano no le costó trabajo adaptarse a las demandas del mercado, eso debido a lo arraigado del sistema educativo privado (4),
Es en dicho país donde la acreditación se ha desenvuelto profundamente, convirtiendo a las universidades en simples apéndices de las empresas; se creaba, aportaba o descubría según los requerimientos de esa facción minoritaria de la sociedad: la gran burguesía, que celosamente guarda los aportes cognitivos , tecnológicos y profesionales bajo todas las llaves que las patentes le permitan, invenciones que en teoría serían para el "disfrute de toda la humanidad".
La acreditación, como proceso en sí exige la homogenización de la enseñanza [ estandarización], bajo el eufemismo de medir la calidad [criterio subjetivo que posee 6 acepciones, todas relacionadas con la productividad de la empresa], para transformarlo en mercancía intercambiable mundialmente, enajenando al ser humano de una forma nunca antes vista.
Estamos seguros que muchos moverán sus cejas por lo mencionado, y traduciendo dirían: ¿Qué tiene de malo recibir la inversión privada?, ¿acaso no mejoraría la calidad de nuestra enseñanza?, ¿Por qué deberíamos oponernos a ello? La respuesta es simple y sencilla, el sector privado posee un dogma que rige su accionar: Mínima inversión y máxima ganancia.
Casi la totalidad de sus aportes no son destinados con una actitud desprendida, desinteresada, y con un afán humanístico y científico, “el altruismo no figura en su diccionario”, sus laboratorios no se destinan para los alumnos en general, ni sus investigaciones son debatidas en las aulas. El interés privado y el social, no tienen siempre [o nunca] los mismos objetivos (5). Realidad que hoy se ha vuelto más clara con las recetas para afrontar la crisis económica mundial.
Con todo esto, la mejora en la calidad que propone la acreditación en países "subdesarrollados" como el nuestro, se traduce en adquirir una serie de técnicas que nos permitan laborar en el mercado, ¿y el desarrollo de la ciencia? Eso es solo para un reducido grupo, y es secundario; lo que importa es la técnica, si es que lo desarrollan, porque en nuestro suelo se entiende a la innovación y desarrollo como repetición o ensamblaje.
Pero la acreditación no se detiene en ello, busca avasallar la labor del catedrático, exigiéndole una participación en alguna empresa, ya sea laborando o mediante un proyecto. También exige dentro de sus estándares de calidad que las carreras profesionales deben tener un fin práctico, lo cual es correcto, pero lo práctico ellos lo entienden como el ingreso de las carreras al juego la oferta y la demanda, y ¿Qué ocurrirá con aquellas disciplinas cuya labor no está directamente ligada con el mercado?
Simplemente deberán desaparecer.
La aplicación de la Acreditación tiene diferentes grados de profundización de acuerdo al continente. En el caso de Brasil, Colombia, Chile y EE. UU., la acreditación ha estado acompañada de la aplicación de otro criterio educativo de la UNESCO, que es la equidad (6), otro eufemismo que oculta con una sonrisa de cura la intención de privatizar la educación; que afirma que aquel que tenga pague y el que no tenga se le presta.
Mediante las becas-préstamo se obliga a los estudiantes a costear su educación, pagándola en periodos de tiempo mayor, a elevados intereses.
Toda esta desagradable experiencia provoca el endeudamiento de los alumnos y el enriquecimiento de grupos financieros. Tal situación se agudiza por la crisis mundial, que ha provocado desempleo y el incremento del costo por matrícula y pensiones que han desembocado en marchas estudiantiles en Europa en rechazo contundente a la política privatista de "calidad" y acreditación.
Pero, como es de costumbre en nuestro país la élite gobernante caracterizada por su pensamiento colonizado, que impregna también en los demás sectores sociales, los lleva [y nos lleva] a esperar ansiosos la aplicación en nuestro suelo de lo novedoso de la teoría importada, y consientes o no de su ignorancia, esperan que venga desde el extranjero la panacea de los males que afectan a la universidad. Y no importa si la universidad se convierte en una escuela politécnica, no importa el daño causado a las universidades públicas del mundo, no importa la lucha de los estudiantes latino - americanos y del mundo entero contra su endeudamiento, no importa renunciar a nuestros derechos fundamentales (7), no importa renunciar a ser seres humanos; lo importante es adaptarse al discurso y acrecentar la ganancia.
En nuestro país la acreditación se encuentra estancada en la primera etapa que corresponde a la autoevaluación. Aún no percibimos sus consecuencias, debido al cambio de mando, y al carácter burocrático del anterior gobierno, sin embargo el perfil de las actuales autoridades apunta a concretizar dichos planes.
Estamos en un momento de descomposición de un sistema, y la propuesta de otro.
Desmantelemos la política neoliberal de "calidad", "equidad" y "pertinencia" y apostemos por una educación científica, democrática y nacional hacia la transformación social.
NOTAS
(1) Boloña Behr, Carlos. Lecciones de Economía.
IELM - SIL (1999)
(2) OMC, Acuerdos Generales para la
Comercialización de servicios (1995)
(3) CINDA, Acreditación universitaria en América Latina,
Antecedentes y consecuencias (1993)
(4) Idem.
(5) Sampedro, José Luís.
El mercado y la globalización (2005) Barcelona
(6) UNESCO.
Documento de política para el cambio y el desarrollo en la educación superior (1995) París
(7)Tenemos que mirar la educación como un servicio educativo:
El estudiante es tu producto y tu cliente, y esa dicotomía es complicada y la empresa también" En la conferencia:
La universidad actual y su relación con la empresa. Boloña Behr, Carlos.
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